Obituario Oficial
de ALBA, 25 de marzo de 2003
Harry Fisher, de 92
años, soldado, pacifista, escritor y activista de toda la
vida, murió el pasado sábado día 22 de marzo, después de
participar en una manifestación contra la guerra en la
ciudad de Nueva York.
Después de
pasar parte de su infancia en el Hospicio para Huérfanos
Hebreos de Nueva York y una juventud en la que fue activista
en el movimiento obrero y marino mercante, se presentó
voluntario para luchar contra el fascismo en España como
miembro de la Brigada Lincoln. Más tarde sirvió como
ametrallador de la tortea de un B-26 durante la Segunda
Guerra Mundial.
Casado con
Ruth Goldstein en 1939, trabajaron junto por cerca de 50
años en la Agencia de Noticias soviética TASS, él en
telecomunicaciones y ella como bibliotecaria investigadora y
encargada de las oficinas. Compartieron un despacho, un
paseo diario para ir a trabajar y una pasión por la vida.
Cada uno dedicó su vida al otro, a sus hijos y nietos y a
hacer del mundo un lugar mejor. Ruth murió en 1993, después
de convencer a Harry para que escribiese un libro acerca de
sus experiencias extraordinarias en la guerra civil española
y tras haber ayudado a comenzar el proyecto. Publicado en
1998, su libro de memorias Camaradas le llevó a dar giras de
conferencias por los Estados Unidos, así como por España y
Alemania en respuesta al gran interés que despertaron las
ediciones española y alemana de su libro.
Justo una
semana antes de su muerte, Harry terminó el manuscrito de su
segundo libro, Legacy, que aparecerá en Alemania el
próximo junio. Están llevándose a cabo las gestiones para la
edición norteamericana.
Le
sobreviven su hijo, su hija y sus familias, entre los que se
cuentan tres nietos, y un creciente número de activistas que
siguen sus pasos y de camaradas que le quisieron
entrañablemente.
Después de sufrir un
infarto en la manifestación contra la guerra del sábado, fue
llevado al hospital de San Vicente, donde recuperó
brevemente la consciencia y se acordó que había estado en
ese hospital 70 años antes para que le pusiesen puntos
después de haber sido golpeado por la policía estando en un
piquete sindical.
Harry fue
verdaderamente una inspiración para todos los que le
conocieron. Será profundamente echado a faltar por su
familia y el increíble número de personas que quedaron
conmovidas tras conocerle a lo largo de sus cortos 92 años.
ALBA
(Submitted by Fraser Ottanelli)